Escrito por el Mtro. Manuel González Sosa.

El bioetanol tiene un octanaje más alto que la gasolina estándar, lo que lo convierte en un combustible de mayor calidad. Las ventajosas propiedades del etanol han despertado el interés de productores, comercializadores y usuarios de combustibles para obtener mezclas con índices de octanaje aún más altos que los actuales.

El octano es una medida de la capacidad de un combustible para prevenir la detonación del motor o también llamado combustión prematura, que puede producir un golpe (Knock) en el cilindro del motor, lo que provoca daños en el mismo. Sobhani, S. (2016) nos dice que el octanaje se mide en términos de su Número de Octano de Investigación (Research Octane Number - RON), que prueba el rendimiento del combustible en condiciones estándar, y el Numero de Octano de Motor (MON), que simula una operación más severa representativa de condiciones de alta carga o velocidad.  El promedio entre RON y MON de un combustible se denomina índice antidetonante (AKI). Este índice se utiliza en EUA, Brasil, México, etc., y es una escala que mide la capacidad antidetonante del combustible, su estándar en muchas partes del mundo es de 87. En la mayoría de los países de Europa se utiliza el RON.


En décadas pasadas la detonación del motor se reducía con aditivos como el plomo, hidrocarburos aromáticos, MTBE, entre otros. Por salud, ya que son compuestos altamente tóxicos, se han ido sustituyendo por antidetonantes como el etanol. El etanol puro tiene aproximadamente un RON de 114 (RFA, 2021) antes de la adición de cualquier desnaturalizante, por lo que es común se mezcle con gasolinas económicas especialmente para oxigenantes (Blendstock for Oxygenate Blending - BOB), ya sean reformuladas (RBOB) o convencionales (CBOB), que tienen un RON de entre 84 y 88, para producir gasolina terminada con adecuada resistencia a la detonación. Por lo tanto, el etanol permite a las refinerías usar gasolina más barata y de menor calidad y seguir cumpliendo con los requisitos de combustible existentes.

En un estudio realizado por OAK RIDGE NATIONAL LABORATORY (ORNL), NATIONAL RENEWABLE ENERGY LABORATORY (NREL), and ARGONNE NATIONAL LABORATORY (ANL) (2016) se observó que el etanol tiene un índice de octanaje inherentemente alto y sería un potenciador de octanaje ideal para combustibles de bajo octanaje. De hecho, datos sugieren que el potencial de un nuevo combustible de alto octanaje (High Octane Fuels - HOF) con 25–40 % en volumen de etanol podría ayudar a reducir emisiones GEI enormemente, ya que la emisión de CO2 por etanol es 89% menor que la emisión por gasolina. Este combustible con contenido de etanol de nivel medio, con un número de octano de investigación (RON) de alrededor de 100, permitiría mejoras de eficiencia en un sistema de motor/vehículo adecuadamente calibrado y diseñado, que son suficientes para compensar su menor densidad de energía. Esta mejora de la eficiencia compensaría el kilometraje del tanque (alcance) que se observa normalmente en las mezclas de etanol en vehículos de gasolina convencionales y de combustible flexible (Flex Fuel Vehicle- FFV). Las perspectivas de dicho combustible son además atractivas porque se puede utilizar legalmente en los millones FFV actualmente en el camino.

Los vehículos que funcionan con combustible de mayor octanaje son más eficientes, consumen de 3 a 4.5 % menos gasolina, disminuyen el dióxido de carbono y al mismo tiempo ahorran dinero.

Fuentes: